Soy madre de dos niñas y resido en Dorado desde hace 7 años. Durante el verano del 2010 realicé unas mejoras a mi casa que incluyeron la construcción de una piscina.
Al instante de terminar su construcción, comenzó mi preocupación sobre su seguridad. Quise tomar todas las medidas necesarias, como adquirir una verja removible, alarma en las puertas, buscar la mejor clase de natación para mi niña, entre otras precauciones.
Mi esposo y yo, nos dimos a la tarea de buscar las herramientas necesarias que preparan a mis hijas en el caso que de ocurriese algún accidente. Busqué opciones en el municipio donde resido o en áreas cercanas a mi residencia y no encontré nada que nos convenciera.
Una amiga me había hablado de las clases de supervivencia acuática con la instructora Wanda Blanco y cuando vi los vídeos, no podía creer las técnicas que sus estudiantes tenían para defenderse en el agua.
No sólo sabían nadar, sino que sabían cómo sobrevivir en caso de caer en cualquier cuerpo de agua. En verano de 2010, mi hija mayor tomó el curso y le encantó. Aprendió a nadar, a virase de espaldas, a flotar para respirar y virarse nuevamente hasta nadar hasta el borde de la piscina.
Desde la primera clase, quedé encantada e impresionada con el programa. Es impresionante ver cómo los niños pueden desarrollar sus habilidades en el agua con la enseñanza y técnicas adecuadas.
Los invito a ver cómo un bebé de sólo meses puede flotar por sí solo.
Gracias a los resultados que vi en mi hija mayor, me entusiasmé y quise formar parte de ISR.
Es mi deseo que otros padres disfruten de esta experiencia y tranquilidad que te brinda el saber que tus hijos están seguros y que saben qué hacer en una emergencia. Además, hacer accesible a otros residentes de mi municipio y de pueblos limítrofes que pueden participar de estas clases.
Como parte de ISR, me uno para cumplir nuestra misión de “Que ni un niño más muera ahogado”.
Lo más importante en mi vida son mis hijas y su seguridad. Haz como yo y dale las herramientas a tu hijo para que aprenda a reaccionar, sobrevivir y salvarse él mismo.
¡Espero enseñarle a tu hijo a cómo sobrevivir en un cuerpo de agua!
Liza M. Dávila
Instructora Certificada
787-306-2230
